Punta Cana: La construcción de consensos en una sociedad democrática es una tarea difícil. La diversidad de opiniones y los diferentes intereses hacen que alcanzar acuerdos sobre temas estructurales sea complejo. Sin embargo, esta diversidad no es una debilidad de la democracia, sino una de sus características esenciales. A pesar de esto, esta pluralidad de perspectivas a menudo frena el avance en cuestiones fundamentales para el país.
Un claro ejemplo de esta falta de consenso es la reforma fiscal. Muchos dominicanos se oponen a ella porque temen que afecte su calidad de vida, pero al mismo tiempo no desean que el Gobierno siga endeudándose. Mientras algunos sectores proponen combatir la evasión fiscal como solución, otros creen que es necesario repensar una reforma fiscal integral que abarque toda la estructura tributaria.
Este debate refleja que, aunque existe acuerdo sobre la necesidad de mejorar las finanzas públicas, no se ha alcanzado un consenso sobre cómo lograrlo.
Otro tema controversial es la migración haitiana. Por un lado, se pide mayor control fronterizo para proteger la soberanía nacional, pero los operativos de deportación son criticados por presuntas violaciones a los derechos humanos.En cuanto a la seguridad ciudadana, se exige mano dura contra la delincuencia, pero cuando la Policía utiliza métodos más contundentes, se le acusa de abusos y extremismo.
La corrupción sigue siendo otro tema divisivo. Muchos piden sanciones severas, pero cuando los casos llegan a la Justicia, se les tilda de selectivos y motivados políticamente.Otros asuntos como la despenalización del aborto, el consumo de drogas o el rol del Estado en la educación y la salud, también dividen profundamente a la sociedad.Estas diferencias ralentizan el progreso en políticas públicas esenciales para el presente y futuro de la nación.