Friusa. Desde antes que salga el sol la calle principal de la comunidad, en el distrito Verón-Punta Cana, es embellecida por decenas personas caminando, abordo de vehículos de carga pesada y automóviles pequeños. Así también, cientos de motocicletas pasan durante el día en esta vía de acceso a distintos sectores de la misma localidad.
En un espacio donde transitan cientos de medios de transporte, debería estar regulado por un semáforo que otorgue el paso de cada extremo de la vía. Los colores verde, naranja y rojo que conforman la señal de tránsito, los cuales están apagados permanentemente en esta demarcación.
Las luces que conforman la señal de control de tráfico no están vigentes a la hora de regular el paso de los vehículos y la oportunidad que tienen las personas que caminan a pie para pasar de un extremo a otro.
En la bomba ubicada en esta localidad hay un poste que tiene una parte del regulador de tránsito, para los que vienen saliendo del Hoyo de Friusa. La otra parte del semáforo se encuentra en la esquina que esta al mismo frente de la bomba de gasolina entre una banca de lotería y un lugar de venta de celulares y accesorios de estos aparatos electrónicos.
El Hoyo de Friusa, se caracteriza por tener calles estrechas y numerosos vehículos que quieren entrar o salir al mismo tiempo. Lo que se torna catastrófico por el exceso de personas que hay durante el día en la localidad.
En un observatorio para ver el comportamiento que tienen estas personas a bordo de automóviles, motocicletas y camiones de carga, sin ningún tipo de autoridad o semáforo que ayude al paso para que no se ocasione ningún tipo de en taponamiento.
Durante 5 minutos se pudo contar más de 20 vehículos pesados, más de 40 vehículos pequeños y alrededor de 38 motores, estos medios de transporte se topaban cara a cara uno con otros a la hora de cruzar para el lado que se iban a dirigir.
Circulación
Observar todas las patanas que circulan en esta calle es como disfrutar de una pasarela, pero en vez de modelos, se observa los camiones de cama larga que vienen saliendo desde un lugar muy lejos de la entrada de la localidad. Arena, piedras, entre otras cosas llevan estos choferes.
A pesar de ser un lugar que se debería transitar de manera calmada muchos motores pasan en exceso de velocidad, doblando las esquinas de una manera muy peculiar.
De igual modo, cuando los camiones grandes van a cruzar los pequeños reducen la velocidad y una vez que estos terminaron de pasar se sigue fluyendo de forma normal. Los mismos conductores son los encargados de dar el paso al otro extremo para que así pueda fluir el tránsito.
Hay residentes que piensan que tener un semáforo no ayudaría.
“Si arreglan el semáforo nuevamente se volverá un caos el transito”, manifestó Tavares Sosa, un residente de Friusa que iba a bordo de una motocicleta. Asimismo, declaró que, el semáforo no dura una semana arreglado y que es mejor para los que viven ahí que este así.
Los mismos conductores son los encargados de dar el paso al otro extremo para que así pueda fluir el tránsito.