Bávaro, Punta Cana.- El mayor general Adán Cáceres Silvestre y la pastora Rossy Guzmán manejaban un entramado de corrupción.Según reza el expediente los imputados formaron un entramado militar, policial, societario y religioso con el fin de ocultar sus bienes.
El mayor general nombró a cientos de policías y militares en el Cuerpo Especializado de Seguridad Turística, CESTUR y en el Cuerpo Especializado de Seguridad Presidencial CUSEP, los cuales recibían sueldos entre 20 y 70 mil pesos mensuales, siendo Adán Cáceres beneficiario, pues se quedaba con el mayor porcentaje.
Asimismo le conseguía trabajo a cientos de personas en dos instituciones con salarios abultados. La transacción consistía en que los empleados aparecían en nómina con salarios hasta 7 veces mayor al establecido para el puesto de trabajo, a cambio del favor que les había hecho al darles la oportunidad de conseguirle un trabajo.Por ejemplo un conserje de Cestur cobraba 70 mil pesos mensuales, pero tan sólo recibía 10.400 pesos.
De igual forma se distraían millonarios fondos de los viáticos, la compra de combustible, las raciones alimenticias. La diferencia entre lo pagado y la dádiva iban a distintos miembros de la organización quienes debían entregarlos al general. También le cobraba cuotas a organismos de seguridad del estado.