Bávaro, Punta Cana.- La Asociación de Locutores Profesionales de la Provincia La Altagracia (Alppa), que preside César Augusto Santana en la mañana del viernes acudió al Hogar de Ancianos «Divina Providencia», de la ciudad Salvaleón de Higüey, para hacer un donativo de alimentos y otros artículos de primera necesidad, con el fin de garantizar una mejor calidad de vida a las personas que están albergadas en ese centro.
César Augusto Santana se dirigió a los presentes y expreso: «Le doy las gracias a todos los que han venido, a mis amigos de la prensa, quienes han venido para ayudarme y están siempre prestos a tender una mano al más necesitado. La comunidad de Higüey debe saber que nuestra asociación está de pie, en favor de los miembros más vulnerables de nuestra comunidad».
Se debe reconocer la acción altruista y humanitaria que desempeñan las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha.El Hogar de los Ancianos Divina Providencia, está ubicado en una casa grande en el centro de la ciudad, donada desde hace 60 años, por un español llamado Ángel Medino.
«Aquí no le cerramos las puertas a nadie, al contrario las puertas están abiertas para aquellas instituciones y personas que quieran traer sus aportes, sean alimentos, ropa, calzados, medicinas, colchones, sábanas, entre otras cosas», puntualizó Sor María Ciriaca Almonte Vélez , quien dirige el ancianato.
De igual modo, las iglesias en general, Católicas, Evangélicas y Adventistas, entre otras, participan en la obra aportando a los ancianos, alimentos, ropa y calzados, actividades, entre otras cosas.
La superiora sor María Ciriaca Almonte, se ha entregado completamente a su labor de cuidar y rescatar a los ancianos que están desprotegidos de la localidad en Higüey.
Sor Almonte manifestó: «En primer lugar quiero agradecer a todos por estar pendientes de este Hogar de Ancianos. Quiero recordarles que este hogar no es de las monjas, es de todo el pueblo higüeyano. Quiero decirle al gobierno nacional, que el hogar necesita que el personal del asilo sea nombrado, pues no tenemos para pagar empleados, no podemos pagar la seguridad social de los trabajadores, ni todo lo que le corresponde por ley. Nosotros vivimos de donaciones, que son hechas con muy buena voluntad, pero a veces no alcanzan para cubrir todos los gastos».
Asimismo, sor Almonte acotó que seguirán trabajando porque esa es su misión de vida y «si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros?».
