Bogotá. Estados Unidos en los últimos años ha encontrado en Latinoamérica un gran aliado: Colombia. Los mandatarios de esa nación suramericana, de tendencia conservadora-neoliberal, han logrado incluso enormes financiamientos por parte de la nación norteamericana para combatir el narcotráfico y los grupos subversivos.
Colombia ha recibido alrededor de US$13.000 millones en ayuda estadounidense desde el año 2000, según la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.
Es probable que la elección de Petro destruya el consenso bipartidista bajo el cual tanto demócratas como republicanos respaldaron la cooperación militar y los esfuerzos conjuntos para combatir el tráfico ilícito de drogas.
Ayer domingo, cuando se oficializó la victoria de Gustavo Petro, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, envió un mensaje a los colombianos sobre la llegada del primer gobierno de izquierda a Colombia.
“Felicitaciones al pueblo colombiano por ejercer su derecho al voto y reafirmar la fortaleza de su democracia. Esperamos continuar nuestra sólida relación con el presidente electo @petrogustavo y construir un hemisferio más democrático y equitativo”, señaló Blinken en su cuenta de Twitter.
A estas palabras se sumó el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Ned Price, quien señaló: “Esperamos fortalecer aún más nuestra relación con el presidente electo de Colombia @petrogustavo y felicitar a nuestros amigos colombianos por sus elecciones libres y justas”.
Sobre temas muy particulares en la región de Latinoamérica, particularmente que tienen que ver con Venezuela y Nicaragua, Colombia ha sido fielmente la posición de Estados Unidos en cuanto los cuestionamientos hechos a los gobernantes de estas naciones. De hecho, Colombia rompió por completo las relaciones con Venezuela, tras desconocer a Nicolás Maduro, como presidente de esa nación.
Estados Unidos ha estrechado sus lazos con Colombia en los últimos años, al punto de que hace menos de un mes se hizo oficial que este país es “aliado principal” de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que implica, entre otros beneficios, que se consolidó una relación de cooperación entre Colombia y las fuerzas militares estadounidenses.
El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, propuso que los países de América Latina se unan para hablar con Estados Unidos, y sentar las bases de una “transición energética”. Esto, ante los estragos causados por el cambio climático.
Pero una de las grandes diferencias entre Petro y la administración de Joe Bide, además del tema climático, es que Petro quiere reestablecer las relaciones completamente con Caracas, algo que Estados Unidos en este momento no ve con buenos ojos. ¿Perdió Estados Unidos un gran aliado en la región?