El día de ayer, antes del veredicto de la jueza por el feminicidio de Andreea Celea, 3 víctimas de este flagelo enlutaron a la República Dominicana. Entretanto, los diputados comenzaron con la lectura del nuevo Código Penal que tipifica el feminicidio, cuya discusión lleva dos décadas. Como dijera el famoso escritor Gabriel García Márquez: es la «Crónica de una muerte anunciada».
Bávaro, Punta Cana.- La tan esperada sentencia de Gabriel Villanueva, imputado por el homicidio de Andreea Celea, se hizo realidad. El segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, le condenó a cumplir 20 años de prisión, en el Centro de Rehabilitación de San Pedro de Macorís, donde se encuentra recluido desde hace 2 años y 6 meses. Se utilizó como testimonio en el juicio, el audio que envió Andreea a su mejor amiga donde dice: «Yo sé que él me va a matar. Es algo que siento. Yo lo sé». Varios años de una relación basada en el maltrato, concluyó con la vida de esta joven rumana, quien llegó a República Dominicana con su familia, con apenas cinco años de edad. Aunque el homicidio, la defensa lo quiso hacer pasar por un suicidio, innumerables fueron los testimonios dados por amigos, vecinos y familiares del maltrato que sufría Andreea a manos de Gabriel Villanueva. Sumándose a esto, los maltratos físicos evidenciados en la víctima, por los estudios anatomopatólogicos forenses, fueron concluyentes.
En horas de la mañana, en Alma Rosa I, Santo Domingo Este, un individuo llamado Fernando Mercedes, de 53 años de edad, le quitó la vida a su pareja e hirió al hijo de ésta. Se atrincheró por espacio de 8 horas en su casa, amenazando con suicidarse. La víctima fue identificada como María Dolores Martes, de 54 años de edad. Fernando Mercedes, acabó con la vida de su pareja dentro de una jeepeta. El hombre se entregó a la Policía Nacional, luego de poner en zozobra a toda la comunidad del sector.
El mismo miércoles, en San Francisco de Macorís, resultó muerta una mujer identificada como Lucecita Parra, de 36 años de edad. La víctima presentó una estocada, hecha con un arma blanca en el tórax, ésta fue propinada por su pareja, quien se dio a la fuga. Se conoce que el hombre se llama Erasmo y las autoridades hasta el momento no han dado detalles del hecho. Fuentes extraoficiales, dan cuenta que la muerte de la joven se produjo por un ataque de celos de su pareja. También se supo que Lucecita Parra, llevaba semanas separada del homicida.
Pero el feminicidio, se iba a cobrar otra víctima más, el día de ayer. A la 1:00 de la tarde, en el sector Pueblo Nuevo I, en Baní, un joven de 24 años de edad, llamado Lionarbi de Jonairon de Jesús Báez, mató a su pareja Idaisa Sierra Saba, de 20 años de edad. El agresor atacó a la occisa con un arma blanca y luego intentó suicidarse. Se encuentra bajo custodia policial, en el Hospital Nuestra Señora de Regla.
Y ante estos hechos nos preguntamos: ¿por qué las mujeres que son maltratadas siguen allí?
Según la psicóloga Esther de Argüelles, este comportamiento se llama «Indefensión aprendida». Consiste en que las personas que sufren maltrato en una relación, padecen de una alteración de la función cognitiva, que genera una conducta pasiva ante una serie de acontecimientos que ella percibe como incontrolables. Esto hace que, para la mujer maltratada, sea muy difícil encontrar maneras óptimas de poner fin a una relación violenta, principalmente porque su función cognitiva de la atención, está centrada en permanecer con vida.
Una persona aprende a no defenderse cuando cree fehacientemente, que luchar contra esa situación de abuso, no logrará detener las agresiones del otro. Por lo tanto, la mujer deja de intentar frenar esa situación e inconscientemente crea estrategias de afrontamiento, para vivir “de manera segura” dentro de esa situación de maltrato.
Cuando una mujer sufre de indefensión aprendida, su comportamiento se basa en disminuir el dolor, pero no el detener las agresiones, debido a que siente que la causa de los sucesos son totalmente externos a su control, y como no puede hacer nada para frenar esa situación, simplemente espera que pase.
¿Se puede salir de este círculo de violencia?
Sí, cualquier comportamiento aprendido es susceptible de ser modificado. Lo primero es desaprender este sentimiento de indefensión y para ello lo más eficaz, es un trabajo de autoestima y reaprender estrategias diferentes, alternativas a las de indefensión, que nos ayuden a sentirnos capaces de controlar, modificar o abandonar las situaciones complicadas de nuestra vida.
¿Porque el victimario actúa así?
El psicólogo español, Andrés Montero Gómez, describe el modelo patológico de la masculinidad y dice: «El agresor de género es un dictador que impone su voluntad por medio de la violencia. Su objetivo es anular la personalidad de la mujer y conformar un nuevo ser, una nueva identidad, sometida y subordinada a sus deseos».
Si usted está viviendo en un círculo de violencia de pareja, no busque justificar la conducta del victimario y abrigar la esperanza que «él va a cambiar». SALGA DE ESA RELACIÓN, BUSQUE AYUDA Y SALVE SU VIDA.