El día de hoy se conmemora en la República Dominicana el Día del Médico. El médico más allá de tener una profesión o una labor diaria de «sanar, curar, prevenir, medicar», es sin duda más que eso. Es uno de los profesionales con más alta responsabilidad en el mundo, ya que de su mano depende, muchas veces la vida de otros seres. La deontología médica es tal vez el axioma más valioso de esta profesión, ya que relaciona a la medicina con el principio ético, moral y humanista.
Bávaro, Punta Cana.- La relación de la medicina con el hombre inicia en los albores mismos de la humanidad, desde una primitiva forma mágica, tradiciones y costumbres para velar con el axioma principal de la medicina: evitar daño y dolor.
La intención de curar ha estado penetrada de un humanismo consagrado por el reconocimiento y el respeto de los valores ontológicos de la existencia.
Si nos remontamos a la filosofía humanista de la medicina, según la filósofa médico, Elizabeth Sevilla nos dice que tiene como punto de partida: «Un viejo axioma en evitar el daño, y que expresa un profundo respeto que inspira a la humanidad del hombre y su vida. Medicina y humanista nacieron pues juntas; la defensa del hombre como persona en ejercicio de su libertad. Ambas giran alrededor del hombre, especialmente en la fragilidad potenciadora de la plenitud que le pertenece».
En cuanto a su labor social, Sevilla indica que «Curar es, ese sentido, una manera de educar en la medida que permite la experiencia de plenitud tras la fragilidad, el crecimiento tras el agotamiento, y principalmente el triunfo del espíritu humano ante la adversidad». En consecuencia, podemos decir que enseñar a prevenir la enfermedad compete a uno de los matices de esta filosofía humanista y educadora del profesional de la salud.
El profesional de la salud, concluye la disertación, adquiere la misión de contribuir en la lucha contra las enfermedades y las numerosas epidemias que azotan al mundo, pero también debe devolverle al hombre su sentido de libertad, sanación o posibilidad. «La medicina es humanismo real y tiene una función eminentemente social.
Cuando hablamos de deontología médica entendemos que hablamos del enfoque ético de la filosofía, lo que Immanuel Kant llamaba «el deber ser». Ese deber ser parte de los actos moralmente éticos que deben impartirse y ejecutarse, aún así las consecuencias sean o no nefastas. Es decir, si por ético entendemos que la misión primordial del médico es preservar la vida, deberíamos abrir el debate de si un médico, dentro de su uso de sus facultades mentales y éticas, deberá o no practicar un aborto o eutanasia. Esta interrogante ha sido una de las polémicas más reñidas en el mundo de la medicina.
Sin importar los reglamente, disposiciones o leyes, el médico, al igual que cualquier profesional tanto de la salud como en otra área, deberá apegarse a su código de ética y poner en práctica la deontología en su profesión.