Bávaro Punta Cana.- Las investigaciones sobre el crimen de la joven Carolina Ureña, acaecido en Bávaro, el pasado 16 de agosto, están policialmente concluidas, así lo informó el comandante Francisco Sención de la Cruz.
El fiscal Jorge Luis Amador, encargado del caso, informó que el vigilante del residencial donde vivía la joven confesó que el esposo le pagó para que cometiera el crimen, la cantidad de RD$ 25 mil.
Jefri de Jesús López Domínguez, vigilante de las residencias White Sands, dijo que el esposo de Carolina, Roberto Reyes, le entregó las llaves del apartamento para que este entrara y la asesinara.
Explica el desaprensivo, que cuando entró, la joven se encontraba en su habitación y le dio una estocada con un cuchillo, pero el arma se rompe por lo que fue hasta la cocina donde buscó otro cuchillo.
Carolina escapa y se esconde en una habitación, pero es alcanzada por éste, quien le infringió 31 heridas.Explicó el fiscal Amador, que sobran videos y pruebas del momento que el verdugo entra al apartamento y luego cuando sale ensangrentado con los dos cuchillos y en la escena del crimen fue hallado un reloj de la propiedad del asesino.
El esposo niega su implicancia en los hechos, pero la madre de Carolina narra que debido a que ese día ella y su hija abandonaban el apartamento, Roberto Reyes le pide que se dirijan a un establecimiento para comprar productos de limpieza, la madre accede para no buscar problemas y dejarle su apartamento limpio.
Cuando la señora está comprando, dice que su yerno se pierde por una hora y media y luego llega y le informa la tragedia.Se deduce que el hombre al ver que la familia ya se iba a llevar a Carolina, adelanta los hechos para poder ultimarla pues ella lo iba a abandonar. Hay muchos testimonios y videos donde se puede observar las amenazas y la violencia que el hombre supuestamente ejercía sobre Carolina Ureña.
El fiscal Amador, indica que según las pruebas que han podido recolectar, el esposo es el autor intelectual y el tal se encuentra detenido en la Cárcel Colón en Higüey.
