Caracas. Las elecciones de gobernadores y alcaldes, de este domingo 21 de noviembre, supondrán un punto de inflexión en la política nacional debido a las condiciones diferenciales presentes con respecto a los comicios previos.
Los resultados que arrojen las urnas no solo decidirán cual de los polos políticos tendrá mayor control de las regiones en los años venideros, sino también la imagen del país hacia el ámbito internacional.
La denominación de ‘megaelecciones’ calza a la perfección para describir el alcance de estos comicios donde serán elegidos un total de 3.082 cargos; renovando todos los cargos ejecutivos y legislativos de las 23 entidades federales, así como el de los 335 municipios del país.
Pero su importancia va más allá de su magnitud per se, abarcando además las posibles consecuencias producto de los resultados de las urnas. Es importante destacar que estas elecciones tienen un tinte diferente.
Esto se debe al proceso de diálogo entablado por ambos bandos, en el cual se ha discutido sobre el porvenir del país de una forma «más organizada» que en los últimos años. Una muestra de ello es la participación mayoritaria de la oposición, luego de los repetidos llamados a la abstención, como muestra de desconocimiento a la parcialidad del órgano electoral.
Recientemente, el rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, Roberto Picón, se refirió a la transparencia del proceso. «No hay ninguna posibilidad de que alguien manipule los resultados para cambiar la soberanía popular. Todos los votos serán contados y tendremos resultados que reflejarán lo que pase en las urnas», aseguró.
Para evaluar el alcance de estas elecciones se deben tomar en cuenta dos escenarios posibles: Una victoria de la oposición o bien la mayoría por parte de la administración Maduro.
Si se diera el primero de los casos supondría una especie de plebiscito, una prueba de que la mayoría de la ciudadanía quiere un cambio político. No sería la primera vez que la mayor parte de los venezolanos muestran su rechazo a Maduro. Un ejemplo claro de esto fueron los resultados de las Legislativas en 2015 o las multitudinarias protestas del año 2017; con cientos de miles de personas en todo el país rechazando en las calles la Asamblea Constituyente.
Por otra parte, de haber una victoria chavista se podría generar una especie de legitimación internacional a la administración Maduro. La clave de esta situación radica en la participación de observadores de la Unión Europea en las elecciones, a diferencia de las anteriores citas electorales. Esto ofrecería una mayor validez al chavismo en caso de lograr una mayoría en los comicios.