Punta Cana. El dolor de garganta surge por diversas causas, dos de ellas que tienen síntomas muy similares se debe a la infección por estreptococos o algún virus. A continuación citamos cómo puedes identificarlas.
Los siguientes síntomas sugieren que la causa de la enfermedad es un virus en lugar de las bacterias estreptocócicas del grupo A:
- Tos
- Moqueo
- Ronquera (cambios en la voz que hacen que suene entrecortada, áspera o fatigada)
- Conjuntivitis (también llamada pink eye en inglés)
Los síntomas del dolor de garganta, ya sean causados por virus o por las bacterias llamadas estreptococos del grupo A, con frecuencia pueden ser similares.
Síntomas de la infección de garganta por estreptococos
El tipo más común de dolor de garganta es causado por un virus y no es una infección de garganta por estreptococos.
- Solo 3 de cada 10 niños con dolor de garganta tienen infección de garganta por estreptococos.
- Solo aproximadamente 1 de cada 10 adultos con dolor de garganta tiene una infección de garganta por estreptococos.
Los síntomas más comunes de la infección de garganta por estreptococos incluyen:
- Dolor de garganta que puede aparecer muy rápido
- Dolor al tragar
- Fiebre
- Enrojecimiento e inflamación de las amígdalas, a veces, con manchas blancas o placas de pus
- Puntitos rojos en el paladar
- Inflamación de los ganglios linfáticos, en la parte delantera del cuello
Algunas veces, las personas con infección de garganta por estreptococos también presentan un sarpullido conocido como fiebre escarlata (también llamada escarlatina).
Cuándo buscar atención médica
Consulte a un médico si usted o su hijo tienen síntomas de infección de garganta por estreptococos. Usted o su hijo tal vez necesiten hacerse pruebas de detección de infección de garganta por estreptococos.
Consulte de inmediato a un médico si su hijo tiene menos de 3 meses de vida y fiebre de 100.4 °F (38 °C) o más.
Del mismo modo, consulte a un médico si usted o su hijo tienen cualquiera de los siguientes signos o síntomas:
- Dificultad para respirar
- Dificultad para tragar
- Sangre en la saliva o la flema
- Babeo excesivo (en niños pequeños)
- Deshidratación
- Inflamación y dolor en las articulaciones
- Sarpullido