Punta Cana. Pese a que los hombres la mayor parte del tiempo piensan en sexo, y acostumbran a dar más importancia a la frecuencia con la que tienen relaciones íntimas, la erección matutina no se debe exactamente al deseo sexual, ni tampoco se experimenta por medio de un sueño erótico.
Su origen tiene que ver con algunos procesos inconscientes y fisiológicos que aparecen mientras se duerme.
En la gran mayoría de casos se trata de un mecanismo físico natural que consiste en la relajación muscular de los cuerpos cavernosos y las arterias del interior del miembro reproductor, permitiendo una mayor afluencia de sangre y oxígeno.
Este proceso es una buena señal de salud y regeneración, ya que ayuda a la revitalización de los tejidos del órgano genital, conservando así un óptimo funcionamiento.
Los hombres considerados en la media sana tienen de una a cinco erecciones de este tipo durante el sueño, que duran entre 15 y 40 minutos.
La sangre y la erección
La segunda necesita de la primera. En estas erecciones en mitad de la noche o recién levantado, el tamaño del miembro puede aumentar el doble o más, y ello se debe a la cantidad de sangre que afluye para llevar oxígeno a los tejidos del pene. Cuanto más relajado esté el chico, más fácil que suceda, porque es entonces cuando las arterias helicinas y los músculos de los cuerpos cavernosos permiten mejor el paso de la sangre. Además de indicar que todo funciona como es debido con vistas a una buena vida sexual.
Si te despiertas con alguna imagen erótica en mente, es probable que sea la erección la que lo ha provocado y no al revés. De hecho, los niños tienen erecciones desde que son solo fetos en el vientre materno (en torno al séptimo mes) y se ha comprobado en ecografías, sobre todo cuando se chupan el dedo y, cuando nacen, al mamar.
Las erecciones coinciden directamente con la fase de sueño REM, una de las cinco etapas del sueño conocida como “sueño de movimientos oculares rápidos”. En ella, es posible que las personas se despierten durante durante unos pocos segundos debido a una alta actividad fisiológica, a pesar de que estos lapsos son tan cortos que casi nunca nos acordamos de haberlos experimentado.
Además, en la fase REM el tono muscular se reduce drásticamente, lo que significa que la mayoría de nuestros músculos quedan momentáneamente “desconectados” del cerebro y se relajan del todo; paralelamente a esto, la actividad fisiológica aumenta, lo cual explica que el flujo de sangre que va al pene aumente.
Por otra parte, durante el sueño se multiplican los niveles de testosterona, alcanzando su máximo durante la primera hora de la mañana. Este hecho, sumado a la acumulación de orina en la vejiga, estimula levemente la erección.