Bávaro. Dormir poco no solo tiene graves implicaciones para la salud, sino que además puede producir un sinnúmero de desórdenes fisiológicos en la persona que puede conllevar a reducir la esperanza de vida.
Así lo advirtió Joel Martínez, médico internista e intensivista de International Medical Group (IMG), quien además explicó que se pueden producir una serie de enfermedades y de desequilibrios en el organismo que pueden llevar a enfermedades crónicas.
“El sueño es un estado fisiológico en la que el organismo trata de compensar cosas que durante todo un día de actividad ya se han perdido y desgastado”, manifestó el especialista.
Advirtió que aunque la persona no le preste mucha atención, no dormir correctamente tiene un impacto general en la persona, que muchas veces no descansan las horas que deben por cuestiones de trabajo o estudios.
Martínez informó que uno de los factores de riesgo más frecuentes que se dan por no descansar correctamente son trastornos gastrointestinales, agregándole a esto que en muchos de los casos la persona tampoco tiene un estilo de vida saludable.
Dijo que cuando la persona está en el sueño existen sustancias llamadas neurotransmisores que se liberan y reponen, tienen una repercusión a nivel fisiológica que impacta en todas las glándulas del organismo en sentido general.
Y obviamente al no descansar esos neurotransmisores se ven afectados y cuando esto sucede genera una alteración de la fisiología de los diferentes órganos y sistemas.
Según indicó el médico internista otros factores de riesgo son la obesidad, trastornos hipertensivos, disminuye del estado de ánimo, lo cual de igual forma puede conllevar a que el paciente pueda sufrir de depresión, bipolaridad, y tener un impacto neuropsiquiátrico que es una de las complicaciones más delicadas.
“Dormir bien solamente no es suficiente, además de esto la persona debe llevar una dieta saludable, menor consumo de sal, grasa, aumentar la ingesta de vegetales verdes y hacer ejercicios para tener una mejor calidad de vida”, enfatizó Martínez.
Todos estos factores hacen cada vez más importante saber qué ocurre en el cerebro, cuando descansa y cuando no lo hace y a la vez debería ser una prioridad de todos dormir las horas necesarias.