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El Sarcoma: un cáncer silencioso y frecuente en la etapa de la niñez

VERÓN. Sarcomas son cánceres que ocurren en los huesos, los músculos o los tejidos suaves. Estos pueden desarrollarse en cualquier lugar del cuerpo tanto en niños como en adultos de todas las edades.

Según la Asociación  Española de afectados por Sarcoma (AEAS), esta fecha  tiene como objetivo informar y concientizar sobre dicho tipo de cáncer el cual tiene más de 150 tipos reconocidos por la Organización Mundial de la Salud.

 De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos el sarcoma empieza en el hueso o en los tejidos blandos del cuerpo, como el cartílago, la grasa, los músculos, los vasos sanguíneos, el tejido fibroso u otro tejido conjuntivo. Estos se reconocen en varios tipos y dependen del lugar donde se forma el cáncer. 

Es importante señalar que los sarcomas son más frecuentes en la etapa de la niñez y representan alrededor del 15% de todos los tipos de cáncer infantiles.

Este cáncer, según especialistas, se desarrolla en un 60 % en brazos y piernas, 10% en cuello y cabeza y el 30 % restante en el tronco y en el área trasera de la cavidad abdominal.

El principal factor de riesgo de los sarcomas del hueso es el crecimiento. Se diagnostican con mayor frecuencia en los huesos largos, como los del muslo, y en la zona de crecimiento, como cerca de la rodilla.

Aunque algunos sarcomas de partes blandas pueden aparecer sobre zonas que han recibido radioterapia muchos años atrás, casi ningún otro de estos tumores tiene causas ni factores predisponentes conocidos. 

Por otro lado, muchos sarcomas pueden alcanzar tamaños considerables sin dar lugar a ningún síntoma o tan solo a molestias leves e inespecíficas. 

Se puede diagnosticar a través de un bulto cuando un sarcoma crece en un lugar con poca carne, como el antebrazo o justo bajo la piel. En ocasiones, se trata de un bulto nuevo y, en otros casos, acompañaba a la persona desde hace tiempo pero ha crecido recientemente. 

Sin embargo, los sarcomas profundos son aún más difíciles de diagnosticar en fases precoces. Pueden surgir del esqueleto o aparecer en zonas muy musculadas, como los muslos, o bien en el interior de cavidades como el tórax, el abdomen o la pelvis. 

En ocasiones, pueden obstruir el intestino o los conductos urinarios o pueden sangrar dando lugar a señales graves de alarma. Aunque es más frecuente que solo ocasionen molestias ligeras  y persistentes, como dolor leve, tos o molestias con el movimiento, que difícilmente levantan la sospecha de algo grave.

Dependiendo del lugar donde se encuentre se realiza  una ecografía,  Tomografía Axial Computarizada (TAC) o una resonancia. En caso de encontrar un hallazgo es necesario realizar una biopsia y examinar un fragmento de tejido con el microscopio.

Tipos.

Según la OMS  se clasifica en dos grandes grupos, los que nacen en el esqueleto y los que los que se desarrollan en otros lugares, conocidos como sarcomas de partes blandas. 

Son comunes en niños en edad de crecimiento y en los huesos cercanos a la rodilla, aunque pueden aparecer en otras partes del esqueleto. 

Otros del esqueleto son los del cartílago (condrosarcomas) y los del tejido fibroso de los huesos (fibrosarcomas), que aparecen con mayor frecuencia en adultos jóvenes o personas de mayor edad.  En cambio, los  de partes blandas surgen de tejidos como los músculos, la grasa, los nervios o los vasos sanguíneos. 

Algunos  son relativamente comunes, dentro de la rareza de los sarcomas, como el liposarcoma o el leiomiosarcoma. Otros son tan raros que muchos oncólogos especializados en sarcomas no encuentran más que uno o dos a lo largo de su carrera.

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