Toledo, (EFE).- Las mujeres tuvieron un papel y un protagonismo importante en la Edad Media, que fue una sociedad no tan oscura como se puede pensar y menos cerrada que la de siglos posteriores, pero a medida que los sistemas se regularon mediante leyes comenzó un lento proceso de expulsar a las mujeres y privilegiar el trabajo masculino.
«La Edad Media no es necesariamente un periodo oscuro ni malo para las mujeres sino que, en muchas ocasiones, es un periodo luminoso que les ofreció muchas oportunidades», ha afirmado en una entrevista con la Agencia Efe la doctora de Historia Medieval Ángela Muñoz, profesora en la Universidad de Castilla-La Mancha (Facultad de Letras de Ciudad Real).
Pese a esta realidad, un «tópico muy asentado» es el escaso protagonismo y participación de las mujeres medievales, como también lo es hablar de la Edad Media como «época de tinieblas, oscuridad y todo tipo de violencias y terrores».
Sin embargo, está «cada vez más demostrado» que las mujeres tuvieron un papel y un protagonismo importante en todas las sociedades y, en particular, en las que han sido «más fluidas y menos cerradas y compartimentadas» que otras como pueden ser la del Siglo de Oro o las de los siglos XIX o incluso XX, cuando se vivieron «periodos ideológicamente muy limitadores», ha señalado la profesora Muñoz.
En los siglos medievales las mujeres estuvieron en todos los ámbitos de la vida y no solo en el ámbito familiar, que era muy importante porque no se circunscribía a lo privado sino que era la base desde la que se organizaba el trabajo, las relaciones políticas, las monarquías y las estructuras de poder basadas en el linaje.
Había una fuerte influencia de la religión, pero hasta el Concilio de Trento la religión era un sistema «abierto» y no tenía capacidad para «profundizar y controlar las conciencias», y las sociedades estaban en proceso de construcción institucional, con la familia como marco de las relaciones, del trabajo y de la política y en la que se daba participación a hombres y mujeres.
Sin embargo, a medida que los sistemas se van regulando mediante normas y leyes se aprecia un «proceso lento» de expulsión de las mujeres. Por ejemplo, sucede en los gremios.
Las mujeres desarrollaban una actividad laboral artesanal muy intensa por su base familiar (eran esposas, hijas y madres de artesanos) y porque eran corresponsables del negocio. Pero cuando empezó a regularse el sistema gremial se inició un proteccionismo que privilegió el trabajo masculino.
Lo mismo sucede en el arte, ha indicado Ángela Muñoz, que cita un libro reciente de Isabel Mellén sobre las mujeres constructoras del Románico en Álava para subrayar que estas mujeres de los siglos XI y XII eran promotoras artísticas que elaboraban su programa iconográfico y tenían capacidad de acometerlo en coparticipación con el grupo familiar.
«Es un proceso progresivo, el de la Edad Media, donde se van produciendo procesos de regulación que, a veces, dejan al margen a las mujeres. Pero siempre están ahí. La expresión sería: están ahí pero no siempre aparecen en los códigos de representación», ha manifestado la profesora Muñoz.
Su resumen es que son siglos «que tienen sus luces y sus sombras, como todos, pero que, en general, son mucho más fluidos, ofrecen más oportunidades y encontramos elementos sorpresivos de mujeres participando de forma normalizada en ámbitos muy diversos de la vida social y política».
Lo que sucede es que las fuentes a las que se acude «pueden ser restrictivas», aunque también hay otras formas de acceder a esta etapa como son imágenes, crónicas, documentos jurídicos o testamentos.
Coincidiendo con el VIII centenario del nacimiento del rey Alfonso X El Sabio, que se conmemora este mes de noviembre, Ángela Muñoz va a impartir este jueves en el toledano Museo de Santa Cruz una conferencia sobre los universos femeninos de Alfonso X, ya que en la corte alfonsí hubo «mujeres con predicamento».
Mujeres importantes en la vida del rey fueron su madre Beatriz de Suabia, su esposa Violante, varias de sus concubinas y algunas de las hijas de su matrimonio y de las hijas naturales.
La profesora Ángela Muñoz ha resaltado que en la obra de Alfonso X se ve la condición femenina y, en concreto, las Cantigas de Santa María tienen características «interesantes» porque transmiten «historias de mujeres modélicas o de mujeres transgresoras», dejan ver elementos de la vida cotidiana y reflejan distintos perfiles de mujeres en los que es «palpable» cómo ellas estaban en el mundo laboral, en los oficios, en la vida cotidiana…
Es interesante «mostrar, romper tópicos y desvelar realidades», ha dejado claro Ángela Muñoz sobre las mujeres en la Edad Media.