PUNTA CANA. ¿Quién no recuerda a la valiente Sarah O´Connor en película Terminator o El Exterminador? Esta fue una de las primeras películas creadas para alertar a la humanidad en torno a una lucha entre los seres humanos y las máquinas. La película, filmada en el año 1984, comienza con un viaje en el tiempo hacia el 2025, escenario en el que ocurriría el choque entre los eres humanos los robots.
En el mundo del cine de ciencia ficción y acción, la lucha entre humanos y máquinas ha sido un tema recurrente y exitoso. Un claro ejemplo de esto es la saga de ‘Terminator’, que no solo catapultó a la fama a sus protagonistas, sino que también dejó huellas imborrables en sus vidas. Linda Hamilton, la icónica heroína de ‘Terminator 2: El Juicio Final’, es un testimonio viviente de los sacrificios que a veces conlleva la búsqueda del realismo en el cine.
Durante una de las escenas más intensas y memorables de la película, Hamilton sufrió una lesión auditiva permanente. La escena en cuestión, filmada en un espacio cerrado, involucraba el disparo de un arma de fuego real dentro de un elevador. En su papel de Sarah Connor, Hamilton dispara al T-1000, interpretado por Robert Patrick, que se encuentra en el techo del ascensor del hospital psiquiátrico.
El director James Cameron, conocido por su obsesión con el realismo, decidió utilizar armas de fuego reales para esta escena. Desafortunadamente, el estruendo del disparo fue demasiado fuerte y, al no colocarse correctamente los tapones para los oídos, Hamilton sufrió daños auditivos permanentes. Según FandomWire, la actriz ahora padece de una pérdida auditiva en uno de sus oídos debido al uso de una Colt/Detonics 1911 durante la filmación.
A pesar de esta lesión, Hamilton continuó su carrera con éxito, aunque la pérdida auditiva ha sido una constante en su vida. Este incidente pone de relieve los riesgos asociados con el uso de armas de fuego reales en los sets de filmación, un tema que sigue siendo objeto de debate en la industria cinematográfica.
La historia de Linda Hamilton no solo resalta su dedicación y profesionalismo, sino que también sirve como un recordatorio de los peligros que los actores pueden enfrentar en su búsqueda por ofrecer actuaciones auténticas y memorables. Fuente: Spinof
