Punta Cana. Antes de iniciar con el aseo de tus lentes, es necesario que tus manos no tengan ni un rastro de suciedad, grasa, crema o loción, ya que si no te las lavas bien antes, todo el proceso será en vano, puesto que los cristales se ensuciarán con las impurezas de tus dedos.
Para dicho fin, es recomendable que te frotes bien las manos con jabón y te seques muy bien con una toalla de algodón limpia y sin pelusas.
Coloca tus lentes bajo un flujo suave de agua tibia para eliminar los restos de polvo y así evitar que los cristales se rayen al limpiarlos. ¡Usa agua tibia, no caliente!
Usa las yemas de tus dedos para frotar suavemente los cristales en ambos lados, las patitas y las almohadillas. Realiza este procedimiento durante algunos segundos y enjuaga hasta eliminar por completo el jabón.
Seca los cristales y la montura con una toalla o paño limpió
Utiliza un paño seco, limpio y sin pelusas para secar bien los cristales y la montura; los pañuelos de microfibra garantizarán un pulido perfecto. Mira a través de tus cristales para asegurarte de que no queda ni una mancha en ellos, si ves alguna, frótala con un pañuelo de microfibra hasta que desaparezca.
Es recomendable que tengas ese pañuelo reservado exclusivamente para la higiene de tus lentes y que lo mantengas limpio y seco siempre. Después de utilizarlo, lávalo con jabón y déjalo secar al sol.