VERÓN. Tiempos atrás la mujer era educada únicamente para casarse a su corta edad, tener sus hijos y dedicarse a los quehaceres del hogar, mientras que el hombre trabajaba para llevar la comida a la casa.
Se consideraba que la mujer era propiedad de un hombre, tanto del padre siendo aún una niña, como del marido cuando se case, ya que el mismo padre entregaba la mano de ésta en matrimonio, logrando que dependieran totalmente de su esposo para poder sobrevivir.
De igual modo, eran muchas las limitaciones que tenían ellas por los estereotipos que había en esos tiempos de que no podían votar, no tenían ni voz ni voto en el hogar, no podían vestirse como querían, entre otras cosas.
Es importante señalar que, a finales del siglo XIX se consiguió el sufragio femenino, el cual dio paso al feminismo del siglo XX. La finalidad de este último era incluir la igualdad de género en todos los ámbitos.
Durante la edad media, la mujer empieza a ser importante para el matrimonio, ya que pasa de ser una más a ser una persona que puede aportar económicamente en el hogar y suministrar el dinero de la familia.
La incorporación de la mujer al trabajo asalariado, tradicionalmente conocido solo para el sexo masculino, ocurre por primera vez durante la Segunda Guerra Mundial ante la ausencia de los trabajadores, ya que éstos se encontraban al frente como soldados.
Por otro lado, la diversificación progresiva del mercado de trabajo y el papel cada vez más esencial de la especialización para poder cubrir determinadas necesidades son factores decisivos en el acceso de las mujeres al mundo laboral.
De esas transformaciones se derivan los siguientes resultados: La mujer ha demostrado su capacidad en todo el sentido de la palabra, es decir, la mujer moderna no depende del hombre para todo y es capaz de llevar adelante su vida. Las cuestiones importantes en la pareja se deciden entre los dos y ellas son capaces de hacer valer lo que piensan y lo que sienten sin ser juzgadas, además de ser activas y autónomas, se enfrenta a realidades muy diversas.
Está demás decir que estamos acostumbrados a notar una mayor presencia femenina en ámbitos laborales, políticos, entr4e otros ámbitos de la sociedad.
Asimismo, la mujer escoge carreras con mayor potencial de desarrollo profesional. Además, se da una integración de la mujer en las empresas en puestos de dirección y como ejecutivas.
Hoy en dia la mujer se ha empoderado tanto que hace diversas cosas a la vez como dedicarse a su familia, llevar una vida profesional, trabajar, hacer ejercicios, ir de compras. También luego de tener su profesión continúan especializándose o incluso aprendiendo cosas nuevas. Después de siglos de sometimiento lo quieren todo.