Verón. Caminar por la carretera Verón-Punta Cana se está convirtiendo en un verdadero reto. El peatón no sólo tiene que enfrentar a las precarias aceras, sino que tiene que estar muy pendiente para no caer en los imbornales.
Esto no es nuevo. Los imbornales de esta vía están sin tapas desde hace varios años sin que exista la más mínima voluntad de resolverlos.
En las noches, con la poca visibilidad la situación empeora, pues quien no se percata de estos imbornales corre un grave peligro de sufrir considerables daños , o peor aún, de perder su vida
La pregunta del año es, ¿El arreglo de esos imbornales le corresponde al Gobierno central o a la Junta Municipal de Verón-Punta Cana?
Independientemente de a quien le corresponda la reparación de los mismos, es de vital importancia que se resuelva esta problemática,