El 20 de febrero se celebra el Día Mundial de La Justicia Social. El objetivo de esta celebración, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es «buscar apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social y la justicia social para todos».
Bávaro, Punta Cana.- Este 20 de febrero se celebra el «Día Mundial de la Justicia Social».
Según John Rawls, la justicia social consiste en la adecuada organización de una sociedad democrática donde se respeten y promuevan, en la mayor medida posible, las libertades y oportunidades para todos. Para Rawls, sobre la justicia, expresa que ésta debe «considerarse desde el punto de vista de las exigencias de la equidad».
Por otra parte, expone que: «el objeto primario de la justicia es la estructura básica de la sociedad o, más exactamente, el modo en que las grandes instituciones sociales distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan la división de las ventajas provenientes de la cooperación social».
Esto supone que el objetivo primario de la justicia es la estructura básica de la sociedad, es decir, el modo en que las grandes instituciones sociales distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan la división de las ventajas provenientes de la cooperación social.
Justicia: Nociones
Ahora bien, para poder comprender todo este espectro, es fundamental analizar lo que entendemos de ese abstracto e intangible concepto, llamado «justicia».
Para Aristóteles, por ejemplo, la justicia «es la única virtud de una persona que es considerada como el bien de alguna otra». Además de este carácter intersubjetivo, el valor de la justicia está relacionado con la idea de «asignación de derechos y obligaciones, o de beneficios y cargas, entre diversos individuos de un grupo social».
Para Norberto Bobbio, la justicia es: “el conjunto de los valores, bienes o intereses para cuya protección o incremento, los hombres recurren a esa técnica de convivencia a la que sabemos dar el nombre de derecho”.
Valiéndose de un principio antropológico, Platón define a la justicia como una de las partes del alma, donde reside la mayor de las virtudes, donde lo concupiscible y lo irracional no tienen cabida. Su idea de justicia es «la armonía entre las clases de ciudadanos, cuando cada uno de ellos se dedica a su oficio y no a otro». Esto se traduce para él, en el fin máximo: «la felicidad».
Por otro lado, desde la ética cristiana o teológica, la justicia se entiende como una recta relación, tanto con Dios como con el prójimo. «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Mateo 22:39.
De acuerdo a estas apreciaciones, podemos decir que la justicia es una virtud, desde el punto aristotélico. El fundamento de la ética, según Kant. Un conjunto de valores, principios y una forma equitativa de convivencia social diría Bobbio, mientras que para la ética cristiana, representa el amor al prójimo, pero sin duda, la noción más fácil de entender, la más primitiva de todas es el testimonio de Simónides, donde alega, en La República de Platón, que «lo justo consiste en dar a cada uno lo que es debido».
«La justicia es la perpetua y constante voluntad de dar a cada uno lo suyo». Con esta fórmula, se gana en precisión, y, además, se adquiere una dimensión jurídica. Se matiza que lo suyo, es el derecho.
La Dama Ciega
Temis, es en la mitología griega, la Diosa de la Justicia. Históricamente, Temis empuña una espada con una mano, mientras que con la otra sostiene una balanza. Una venda cubre sus ojos como rasgo de su ceguera, la cual indica que esta dama no entiende de rangos, poderes, preferencias, riquezas o intereses particulares.
En cuanto a la espada, hace referencia al castigo para los que corrompen la Ley, y la balanza, sin duda, corresponde a la equidad.
Paradójica y antagónica es Temis, una dama frágil y fuerte, corrompida e incorruptible, valorada y violada, tácita e intangible, pero sobre todo, justiciera y justiciada.
La espada de esta diosa ha sido secuestrada, su balanza desarraigada y su venda rasgada.
Esta dama ha sido, incontables veces: golpeada, violada, secuestrada y azotada por las cúpulas de poder.
Hablar de justicia en este siglo, es hablar de un concepto utópico, efímero e incomprendido, ya que la ésta ha sido vulnerada en los últimos años por las propias entidades destinadas a velar por ella.
El día de hoy se conmemora el «Día Mundial de la Justicia Social», pero lejos de esa celebridad, el llamado debe ser para que los organismos, que metafóricamente protegen a esta doncella, resguarden su virtud y protejan su integridad.
La justicia social es el pilar fundamental de una sociedad para enmarcar otros principios básicos como los derechos humanos, educación, salud, familia, economía e institucionalidad.
El rescate y la restauración de la secuestrada dama ciega, la justicia, parte del principio agustiniano, donde ésta, en definitiva, consiste en reconquistar el orden original, total y perfecto, mediante el amor.
Para San Agustín, el amor es Dios y la justicia es la virtud que proviene de Él.
«El castigo es justicia para los injustos. Porque Dios ama el ahorro y no la condenación».