Verón. Hace 16 años, Juan Carlos Grullón salió de su natal Bonao y se estableció en Verón-Punta Cana con el sueño de ir creciendo en el negocio de la venta de frutas tropicales.
El cruce de Verón fue el lugar ideal que Juan Carlos vio para empezar este trabajo, que se ha convertido en el sustento de él y su familia. Empezó en una guagüita, luego con el pasar del tiempo al ver que le iba muy bien, pasó a vender sus frutas en una caseta al lado de la bomba y apenas hace un poco más de un año, logró rentar un local con las condiciones idóneas tras la apertura del centro comercial Marlin Shopping Center.
Hoy en día su negocio se llama «Frutera Grullón». Con la alegría y el buen sentido del humor que caracteriza a los dominicanos, Juan Carlos junto a una empleada, atiende su propio establecimiento preparando exquisitos cócteles, ensalada de frutas, batidas y tostadas, convirtiéndose en una parada obligada cada mañana de cientos de trabajadores de hoteles y del Aeropuerto de Punta Cana, que esperan su transporte en el cruce de Verón.
Grullón se siente agradecido del empresario «Papo» Taveras, quien es propietario del referido centro comercial, quien lo ubicó con facilidades de renta en uno de los locales para pequeños y medianos vendedores, ubicados justo a las afueras de la plaza, colindante con la acera, que le da más oportunidad de venta a quienes diariamente transitan por esa concurrida zona de la demarcación turística.
«El que persevera vence y yo desde hace 16 años insistí en que este es mi negocio, fui de los pocos que empecé con esto. Le doy la gloria a Dios por el apoyo recibido de la gente de aquí, que ahora ya son clientes», expresó.
Grullón trabaja diariamente con frutas como sandías, guineos, chinolas, lechoza y mangos.
Tiene su esposa y tres hijos, quienes se sienten orgullosos de ver el crecimiento de la «Frutera Grullón»