Una gran cantidad de turistas y lugareños han convertido a la «madre patria» en el epicentro de la fiesta de toda Europa, sin importar y dejando a un lado la pandemia y sus riesgos.
Bávaro, Punta Cana.- A las 11 de la noche, a hurtadillas, salen de sus escondites jóvenes turistas y lugareños para acudir a las calles de la zona antigua de Madrid en busca de diversión, fiesta y «rumba» de forma ilícita.
Estos arriesgados jóvenes, inician su faena al inicio del toque de queda. Es decir, salen clandestinamente a las calles a reunirse, consumir alcohol, cigarrillos y algunos estupefacientes sin importarles las consecuencias a causa del Covid-19.
Los encuentros multiculturales entre jóvenes españoles, italianos, holandeses, franceses, alemanes y algunos latinos, se han convertido en el atractivo de estas reuniones clandestinas. Vale la pena destacar que éstos están entre las edades de 18 a 20 años.
Sin duda, la capital española, se ha saltado la talanquera, ya que con sus políticas de mantener abierto los teatros, bares, restaurantes y museos, a pesar del brote del Covid-19, Madrid se ha hecho a la vista gorda, se ha vendado los ojos y le ha dado continuidad a las actividades recreativas y nocturnas, sin respetar ningún tipo de protocolo ni penalizando este tipo de reuniones «clandestinas».