PUNTA CANA. El cruce de Domingo Maíz, donde lamentablemente perdieron la vida varios turistas debido al vuelco del autobús que los transportaba, continúa con el semáforo averiado.
Las luces se apagaron a raíz de las intensas lluvias generadas por el disturbio atmosférico que inundó no solo poblados enteros, sino también la capital.
En este punto del Bulevar Turístico, la seguridad de los conductores queda en manos de agentes de la Dirección General de Seguridad y Tránsito Terrestre (Digesett) que aparecen y desaparecen como por acto de magia.
La ausencia de funcionamiento del semáforo aumenta considerablemente el riesgo para aquellos que transitan diariamente y a todas las horas por esa vía.
¿Por qué? Porque, tras el accidente que cobró la vida de los turistas, la solución adoptada fue bastante precaria: simplemente se colocaron tanques alineados y sujetados con sogas.
Esta solución, aunque improvisada y hasta cierto punto cómica, al menos evitaba que los vehículos que cruzaban por la calle Domingo Maíz se expusieran a otro accidente fatal.
Sin embargo, en la actualidad, este cruce carece de semáforo en funcionamiento y tampoco ya no se encuentran los tanques.
Además, la presencia intermitente de los agentes encargados de regular el tráfico agrava la situación. Por consiguiente, es comprensible que muchos expresen con justificación: «que Dios nos proteja».
