La resurrección no es solo una fecha para celebrar, la resurrección es una doctrina fundamental.Sin la resurrección, el sepulcro de Cristo sería la tumba de todas nuestras esperanzas.
Bávaro, Punta Cana.- Era el primer día de la semana, apenas estaba despuntando el alba. Unas mujeres iban rápidamente a la tumba con especies aromáticas, para ungir el cuerpo de su Señor. Al llegar, vieron que la piedra que cubría la entrada del sepulcro estaba movida y la tumba estaba abierta. Al entrar no vieron el cuerpo de Jesús, sino que vieron a dos hombres de pie junto a ellas con ropas brillantes. Al verlas aterrorizadas, los hombres les dijeron: ¡No tengan miedo, no está aquí, Él ha resucitado!
A través de los tiempos muchos se han preguntado, ¿cuáles son las evidencias de la resurrección de Cristo?
Al no estar el cuerpo de Jesús en la tumba, eso significó un problema muy grande para las autoridades romanas y los religiosos judíos. Los judíos fariseos comenzaron a correr el rumor, de que el cuerpo había sido robado por sus discípulos. Analicemos lo siguiente:La guardia romana fue enviada, con el propósito de asegurar el sepulcro, impidiendo que los discípulos robaran el cuerpo de Jesús, pues ese era el temor que tenían las autoridades.¿Cómo es posible, que toda la guardia de 16 hombres se durmiera, aún sabiendo que el incumplimiento de su misión era pagado con sus vidas? Si la guardia estaba realmente dormida; ¿cómo entonces supieron que fueron los discípulos de Jesús quiénes robaron el cuerpo? Una piedra grande había sido rodada a la entrada del sepulcro y había sido sellada; ¿cómo los soldados no sintieron que los discípulos de Jesús movían la piedra qué pesaba más de una tonelada? El registro bíblico muestra que los discípulos estaban acobardados y escondidos, con temor que los fariseos los matasen. Esta teoría se cae por ilógica.
Cuando Jesús se les presentó a sus discípulos, después de haber resucitado pensaron que era un espíritu, o un fantasma. Para no dejar dudas, Jesús les demostró que era de carne y hueso, por eso los invitó a ver y tocar las marcas en su cuerpo que le había dejado el estar en la cruz, incluso se sentó y comió con ellos. Un espíritu no tiene cuerpo, ni cicatrices y mucho menos come. Jesús, dejó pruebas evidentes de su resurrección, al presentarse físicamente ante sus discípulos. La Biblia menciona en, 1 Corintios 15:6, que más de 500 personas vieron a Jesús, luego que el resucitó. Algo importante para destacar, es lo poco probable que más de 500 personas se pongan de acuerdo para decir una mentira, sin que sean descubiertos.
Otra evidencia muy importante, es el cambio de actitud en sus discípulos. Hombres que eran débiles, como Pedro, que lo negó, o todos ellos, que cuando Cristo fue crucificado en la cruz, se fueron, se escondieron por temor y las únicas que quedaron ante la cruz fueron las mujeres y Juan. Luego que Cristo resucitó, todos sus apóstoles, incluso Pablo, que llegó de último como un «abortivo», estuvieron dispuestos a entregar sus vidas por su Salvador, todos sufrieron persecución, encarcelamiento, todos tuvieron una muerte cruel, a excepción de Juan, que aunque fue hervido en aceite, el Señor lo salvó milagrosamente. ¿Quién estaría dispuesto a morir gozoso por una mentira? Sólo hay una razón; los discípulos fueron testigos presenciales de la resurrección de Cristo y esto les confirmó todo lo que Él les había dicho y ya no hubo lugar a más dudas, que Jesús era el Salvador del mundo y así lo proclamaban, por lo que ellos habían visto con sus propios ojos, (Hechos 3:15).
Pablo era un apasionado religioso judío, el más grande perseguidor de los cristianos de ese tiempo. Pablo sufrió una tremenda transformación al tener un encuentro con el Cristo resucitado. De ser el mayor opositor, se convirtió en el más ferviente expositor del mensaje de Jesucristo. Aunque parezca imposible, ese mismo poder transformador que actuó en Pablo, sigue actuando hoy en día. La evidencia más grande, actualmente, son las vidas cambiadas de quienes abrazan el Evangelio. Millones de personas, a través de los siglos han manifestado, que todo lo intentaron para salir de la condición perdida en que se encontraban, pero lo único que pudo operar en sus vidas, fue cuando creyeron y depositaron su fe en Jesús, desde ese momento en adelante, fueron transformadas. Vicios, estilo de vida perversos, conductas malvadas, fueron desechadas para tomar un rumbo totalmente diferente, con solo creer y confesar a Jesús, como Rey y Señor de sus vidas, arrepintiéndose de sus pecados y poniendo la fe en Cristo.
La resurrección no es sólo una fecha para celebrar, la resurrección es una doctrina fundamental. Si la resurrección no fuera real:La predicación de Cristo sería absurda. La fe sería inútil. Todos los testigos y predicadores de la resurrección serían mentirosos. Nadie sería redimido del pecado. Como expone el teólogo John Mac Arthur: «Sin la resurrección, el sepulcro de Cristo sería la tumba de todas nuestras esperanzas». Sin la resurrección, no tendríamos vida eterna.»¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con Él,» (1 Tesalonicenses 4:14). Pero la gran noticia, es que la resurrección de Cristo no es un mito, no es una mentira. La resurrección es un hecho histórico y real. La resurrección es la base que nos confirma que Jesús, es Dios hecho carne y por lo tanto, su muerte y su sangre derramada en la cruz, es el pago suficiente para otorgar perdón de pecados al hombre.
Entonces Jesús le dijo: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?» (Juan 11:25-26)