Punta Cana. “Sácale cédula que ya es mayor de edad” “¿Y to´ eso es tuyo?”, “si como caminas cocinas guárdame un chin de concón”, “Diablo mami tu si tá buena”, estas son apenas algunas de las frases, conocidas como piropos, cuya supuesta intención es halagar, pero que en efecto día a día lastiman la dignidad de muchas mujeres dominicanas.
El acoso callejero es un tipo de violencia particular, tanto física como verbal, ya que por lo general no implica una relación entre la víctima y su agresor. Este consiste en comentarios indeseados, silbidos y otras acciones similares hacia personas desde extraños y en espacios públicos.
Sin embargo, continúa viéndose como algo normalizado, hasta el punto de que muchas veces no lo llaman acoso sino piropos.
Lo cierto es que este tipo de acoso es otra forma de violencia de género: quien acosa, el hombre, se cree con el derecho de decirle a la acosada, la mujer, lo que piensa de ella, de su físico generalmente, o hacerle insinuaciones sexuales, incomodándola y generándola un malestar.
Es importante resaltar que en muchas ocasiones mujeres dejan de caminar por donde acostumbran a hacerlo, para evitar escuchar esas palabras fuera de lugar dirigidas hacia ellas, las cuales son emitidas por algunos hombres.