VERÓN. La adolescencia trae consigo la mayoría de las veces un cambio en la relación de padres e hijos cuando empiezan a transformar su carácter y su comportamiento en forma de rebeldía.
Sin embargo, no se puede hablar de «la causa» de la rebeldía en la persona adolescente, ya que es multimodal, de igual forma, no es bueno generalizar, ya que cada adolescente es único como individuo por lo que vive las causas de manera individual, aunque los detonantes pueden o no ser similares a otros de su misma edad.
Maritza de Jesús, psicóloga clínica y especialista en terapia familiar sistémica, explica que en la adolescencia la rebeldía es «adaptativa» y la etiología está relacionada a una variedad de factores, dentro de los que inciden más determinantemente podría mencionar los siguientes: factores neurobiológicos y psicológicos, desapego de la autoridad parental esto es cuando buscan su propia independencia.
Asimismo, informó que su rebeldía también puede darse cuando son influenciados positiva o negativamente por sus grupos de pares (presión de grupo), violencia intrafamiliar y de los medios de comunicación, también por la relación padres-hijos con vínculos afectivos pobres o nulos, así como una dinámica familiar inadecuada, sin roles definidos y ausencia de normas y límites establecidos que no tengan régimen de consecuencias.
En ese mismo orden, para que ésta etapa sea saludable tanto para los padres como para los hijos adolescentes, de Jesús recomendó a los padres estrategias como, educarse sobre la etapa de la adolescencia para que puedan comprender a sus hijos, ser espáticos con ellos (esto es mandatorio), en las casas agregar manejo inadecuado sin supervisión responsable de la tecnología y las pantallas.
También aconsejó nunca medir fuerza con ellos y evitar el tú a tú, ser flexibles y firmes a la vez. Dijo que funciona mucho negociar con ellos, siempre manteniendo el control como padres, pero sin imponerse, ya que según explicó, con ellos esa forma no funciona, de igual modo, deben ser democráticos, dándole participación cuando estén estableciendo las reglas y los límites. Es importante siempre tomar en cuenta las reuniones familiares.
“Motívele a involucrarse en algún deporte o actividad que les guste, así lo ayudan a alejarse de los vicios y de las malas juntas, evite imponerse, pegar, gritarle y que le griten, ser injusto”, manifestó la psicóloga.
Maritza encomendó a los padres a que sean afectivos y respetuosos en la forma de tratar y comunicarse con sus hijos.
En ese mismo sentido, indicó que si el problema persiste o se agrava más de seis meses, deben buscar ayuda profesional.