La preocupación se ha instalado en el seno de la NBA a causa del pobre seguimiento que están despertando las Finales en la sociedad norteamericana. Los 5,9 millones de espectadores que siguieron en directo el tercer partido suponen la menor cantidad en un encuentro de las Finales de la NBA desde 1984, año a partir del cual se comenzó a registrar esta información.
El segundo partido con menor seguimiento es, precisamente, el Game 2 de la actual eliminatoria entre Los Angeles Lakers y Miami Heat, con algo más de seis millones. El cuarto duelo espoleó la audiencia hasta los 7,5 millones de espectadores, pero el seguimiento se ha mantenido en mínimos históricos.
Para ver algo parecido hay que remontarse hasta el Game 2 de las Finales de 2003 entre New Jersey Nets y San Antonio Spurs, cuya audiencia se marchó hasta los 8 millones de espectadores.
Si nos ceñimos a los primeros partidos de unas Finales, el anterior menos visto fue el que disputaron Cleveland Cavaliers y San Antonio Spurs en 2007 con 9,2 millones de espectadores. Y si lo ponemos en perspectiva respecto al pasado curso, el desenlace es demoledor: la audiencia de las Finales de 2019 fue la más baja de la década pese a ascender hasta los 15 millones de aficionados de media.
Unos resultados que han pillado por sorpresa a Adam Silver. El Comisionado de la NBA ha admitido estar sorprendido por la baja audiencia de las Finales pese al tumultuoso contexto social, deportivo y sanitario que está azotando al país, según una información procedente del New York Post.