Si creías que por adicciones sólo podríamos asumir que el alcohol, el tabaco, estupefacientes o comer en exceso, eran las únicas posibles, pues te equivocas, ya que el ser humano es tan complejo, que algunos tienen adicciones o gustos inimaginables. Si hablaríamos de alguien que es adicto a beber esmalte de uñas o a comer tierra, probablemente no lo creerías, pero lejos de la ficción esta realidad es muy latente.
Bávaro, Punta Cana.- Cuando hablamos de adicciones solemos pensar que solo se asumen las drogas, el alcohol y el tabaco, aunque no lo creas, existe un pequeño porcentaje de la población que posee extrañas adicciones por cosas inusuales, inimaginables, desagradables y perturbadoras que probablemente sería muy difícil de creer.
Hablar de adictos al olor y sabor de la gasolina, adictos a masticar tierra, adictos a flagelarse y sentir placer con la sangre y el dolor, es sin duda hablar de una espeluznante película de terror. Aunque esta breve introducción parece una leyenda o cuento de a cripta, en esta edición revelaremos datos y testimonios de este tipo de adictos.
Comenzamos este especial de adicciones más raras con la llamada Hyalophagia. Este es un trastorno asociado con la alimentación que consiste en el deseo y el gusto de ingerir o masticar vidrio. Obviamente este trastorno resulta altamente peligroso para el organismo, ya que, en cualquier momento, el ingerir vidrio, puede resultar en un sangrado interno, específicamente estomacal, esofágico, entre otros. Sin duda este trastorno tiene un componente psicológico y patológico, ya que la asociación de ingerir este tipo de elementos altamente nocivos tienen que ver, en su mayoría con una o varias carencias afectivas y emocionales que han hecho que estos objetos llenen ese vacío.
Po otra parte, la Litofagia es un trastorno alimenticio que tiene como peculiaridad el gusto por masticar e ingerir piedras o residuos arenosos. Pu Musi, una mujer china de 63 años, expresa lo siguiente: «He estado comiendo piedras por más de 45 años. No puedo vivir sin estas deliciosas piedras. Son mi vida».
Pero si crees que esto es terrible, te contaremos la historia de Shannon, la joven que aspira, ingiere y es adicta a la gasolina. Su adicción se ha convertido en un riesgo para su salud, y la adolescente ha necesitado ayuda profesional. Shannon declaró que había consumido unos 20 litros de gasolina el pasado año. Sin duda esto representa un riesgo en la vida de Shannon, ya que su expectativa de vida es muy corta. Esta adolescente británica bebe al menos unas 12 cucharaditas al día de gasolina. Expresa que beber gasolina es muy estimulante como doloroso.
En circunstancias normales, los efectos en la salud de la gasolina se discuten en términos de exposición de la piel o la contaminación de las aguas subterráneas. El nivel de la exposición de Shannon es algo completamente diferente. El departamento de Salud del Estado de Nueva York dice que el consumo de gasolina pura puede causar quemaduras, diarrea, vómitos y, en mayores cantidades, somnolencia o incluso la muerte.
La historia de Blanca, una mujer estadounidense, es muy peculiar, pues esta mujer va constantemente a bares con la finalidad de recolectar la cerilla de los cigarrillos, debido a que es adicta a consumir estos residuos. Poco común dentro de estas adicciones anormales es la consumir los restos y las cenizas de los cigarrillos.
Aunque algo tal vez más espeluznante es la Tricotilomanía. Este padecimiento consiste en arrancarse los vellos capilares del cuerpo o los cabellos del cuero cabelludo para comérselos. Realmente algo desagradable y asqueroso. Estas personas dicen experimentar doble pacer; el de arrancarse a fuerza los vellos o cabellos y posteriormente ingerirlos.
Si piensas que te hemos dicho todo, te equivocas. Cuando hablamos de esmalte de uñas de seguro pensamos en una linda manicura. Alejado de la realidad de estos adictos, el esmalte de uñas es ingerido y altamente satisfactorio para ellos. El testimonio de una mujer americana llamada Bertha es sorprendente. Ella cuenta que consume hasta 5 botes de esmalte diarios y añade que su sabor es exquisito.
A todo este enjambre de adicciones extrañas se les puede catalogar de forma genérica como el Síndrome de Pica. Su nombre deviene del latín y significa «urraca», ave que se caracteriza por comer cualquier cosa que le coloquen por delante. Esto hace referencia a aquellas personas que poseen extraños deseos por consumir cosas nos comestibles.
Esto es considerado una patología y trastorno mental, que en su mayoría puede y es tratado por especialistas. Si conoces a alguien que sufra de este síndrome busca ayuda.