Walter Riso es el autor de la magistral obra «Amores altamente peligrosos», en el cual hace varias clasificaciones de tipos tóxicos de amor. Expresa que hay varias modalidades de aniquilar el amor sano. Indica que el amor tóxico es un problema, actualmente, de salud pública, el cual se puede prevenir y a veces hasta curar.
Bávaro, Punta Cana.- En cuanto a las relaciones tóxicas, según el portal web de R&A Psicólogos, se definen como: «Son relaciones en las que ambas partes son incapaces, por alguna razón, de impedir hacerse daño. Puede tratarse de una relación de pareja, pero también de amistad, de trabajo, incluso de una relación familiar.
Los signos que deben alertar de que se está en una relación tóxica con frecuencia son indirectos y subjetivos, lo que dificulta a las víctimas de alejarse de la relación tóxica antes de que sea demasiado tarde.
Sin embargo, se recomienda prestar atención cuando se empieza a experimentar un malestar difuso e indescriptible, cuando el comportamiento cambia, por ejemplo de extrovertido pasa a ser retraído, o cuando uno se siente desorientado sin lograr admitirlo; en este momento es importante cuestionarse y hacer un examen de lo que pasa. Lo cual no es sencillo, pues la sociedad en la que vivimos no nos invita realmente a estar atentos a nuestras emociones y a lo que nos ocurre».
La forma de identificar si estás en una relación o si tu pareja es tóxica, es la siguiente:
Tipo 1: Menosprecio y denigración: consiste en que uno de los dos tenga la tendencia de denigrar al otro constantemente. El menosprecio se puede trasmitir a través de burlas o juicios de valor que deterioren aspectos de la personalidad del otro.
Tipo 2: Intimidación y control: se trata en que uno o ambos puedan mostrarse furiosos o inflexibles al recibir una crítica. Esta persona chantajeará a la víctima emocionalmente e incluso podría agredirla físicamente.
Tipo 3: Excesiva independencia: es cuando el victimario lleva su independencia a niveles extremos, en los que excluye por completo a su pareja de sus actividades e incluso le molestará dar explicaciones.
Tipo 4: Inducción a la culpa: es cuando uno de los dos puede inducir culpa al otro. Cada vez que su pareja haga algo o expresa una postura distinta, éste intentará hacerlo sentir culpable de la situación.
Tipo 5: Actitud utilitaria: se caracteriza cuando la persona tóxica usa sus recursos para dominar tanto económica como laboral y emocionalmente a su pareja con la finalidad de recibir beneficios mediante la manipulación y hacer sentir al otro que nunca está satisfecho.
Tipo 6: Posesión y control: se refiere a las relaciones en las que el agresor controla todos los movimientos, actos y espacios de la pareja. demuestra unos celos enfermizos, crea historias que no existen y toman medidas de invasión extrema.
Si has tenido la capacidad de reconocer, por lo menos algún tipo, sin duda estás en una relación tóxica, así que acude a un especialista, busca ayuda y procura tu bienestar.
Walter Riso: «El amor tóxico es un problema de salud pública que se puede prevenir y a veces hasta curar»
Según Riso, los amores tóxicos se han convertido en «un problema de salud pública» en nuestra sociedad, donde el 40 por ciento de las consultas al psicólogo versan sobre las consecuencias de un «amor irracional» que podría haber sido evitado «con autocontrol, madurez emocional y capacidad de manejar la soledad sin tener que sufrir».
Entre los estilos afectivos a evitar se encuentra el amor violento que ofrecen las personas que Riso cataloga como antisociales o «pendencieros» y que acaba en el maltrato. «Detrás del maltrato o el abuso sexual suele estar un antisocial del que suele engancharse con una persona dependiente, lo que facilita y multiplica los problemas que genera esta relación…
Las personas antisociales traen consigo una historia familiar muy patológica. Son personalidades abusadoras que piensan que el débil merece el maltrato y cuando la víctima se indigna, se revelan y atacan», manifestó.
Otro de los afectos tóxicos contra los que advierte el libro es el denominado amor subversivo, practicado por aquellos que aman bajo el lema «ni contigo ni sin ti».
«El amor subversivo es uno de los más comunes, lo ofrecen personas que ven a su pareja como un dictador contra el que quiere revelarse pero no puede hacerlo del todo, por miedo a perder el vínculo. Es un ‘ni contigo ni sin ti’ que al otro le genera estrés y le lleva a la depresión», apuntó.
De igual forma, Walter Riso ofrece un «Manual para no morir de amor». En esta obra indica que hará el tóxico en tu vida, cómo neutralizarlo y cuál es la solución.
Para amar no hay que morir de amor, ni sufrir, ni perder el norte o alterar la propia identidad. Esto es como dice Walter Riso en su libro, Manual para no morir de amor: intoxicarse afectivamente.
«Estas personas no solo nos contagian su estado emocional negativo, sino que con el tiempo consiguen minar nuestra autoestima. La posición de víctima no solo te traerá malestar y frustración en tu vida, sino que también te transformará en la presa preferida del descalificador, ya que ese es el objetivo que persigue», asevera el autor.
Al tóxico se le neutraliza con amabilidad. Su afán por lastimar a otros con comentarios o actos desagradables resulta estéril si el percibe que carece de efecto.
Pero según el psicólogo estadounidense Daniel Goleman considera que «las relaciones tóxicas son un factor de riesgo de enfermedad e incluso de muerte, cuya influencia en las enfermedades cardiacas es altísima. Las emociones de los demás pueden influirnos hasta llegar a modificar nuestra tasa hormonal, las funciones cardiovasculares, el ciclo de sueño y hasta el sistema inmunológico».
Por lo cual su conclusión y cura ante esta problemática es cortar, desaparecer y exterminar la relación o a la persona tóxica de tu vida. «El amor tóxico tiene cura: el exterminio y su huída definitiva. Sacarla y arrancarla de raíz», enfatizó Goleman.