Verón. Hoy 21 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo (Unesco). La educación en valores y entre ellos el de respetar las diferencias culturales es fundamental para una buena convivencia.
Todas las personas son diferentes desde muchos puntos de vista como: edad, sexo, características físicas, orientación sexual, personalidad, aficiones, nivel de vida, creencias, entre otras cosas.
Se entiende la diferencia y la diversidad existente entre los seres humanos, como fuente de enriquecimiento personal y social cuando esa pluralidad se articula en virtud de relaciones cooperativas y solidarias.
Respetar la interculturalidad y las decisiones políticas, religiosas, culturales o de cualquier índole es un pilar clave para la buena convivencia social; ya que una de las consecuencias de la globalización es que las ciudades sean cada vez más cosmopolitas (donde hay gente o costumbres de muchos países).
Por otro lado, cabe destacar que por ser este un mundo marcado por la emigración e inmigración, educar en el respeto hacia las diferencias culturales se hace imprescindible, es por eso que los niños deben ser educados desde pequeños tanto en sus casas como en la escuela en una cultura de paz, tolerancia, respeto, y convivencia en la diversidad cultural como valores fundamentales de la vida democrática, desterrando a la discriminación, xenofobia o racismo.
En los niños se puede trabajar el fomento al respeto a la multiculturalidad a través de recursos visuales, con actividades en grupo, montando obras, crear un árbol del amor y la amistad e incentivándolos a enseñar del tema.
De igual forma, cada día se puede ver como una oportunidad para profundizar nuestros valores de la diversidad cultural para aprender a vivir mejor.
Que este apoyo se vea reflejado en: La importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión, combatir la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento y la cooperación entre las gentes de diferentes culturas y promover los derechos humanos y libertades fundamentales de todos.
Asimismo que cada quien respete las creencias religiosas de los demás, su inclinación por algún partido político o su forma de pensar aunque no la comparta y de esta manera poder vivir en una sociedad en paz.
