PUNTA CANA. Desde que en el 2017 se anunciara la construcción de un cementerio moderno en el Distrito Municipal Verón-Punta Cana, que hasta incluiría wifi, han transcurrido cuatro años, y varios entierros después la obra aún no tiene pinta de ser lo que las autoridades locales prometieron a la comunidad.
En 2017, esta obra se incluyó en el presupuesto de la Junta Municipal Verón-Punta Cana, con un monto de 4 millones 198 mil 063 pesos. En 2018 se solicitó la terminación del cementerio, con la reestimación presupuestaria de ese periodo, con un monto de 3 millones 553 mil 721 pesos, por lo que los trabajos de este nuevo campo santo ascenderían a más de 7 millones 750 mil pesos.
El proyecto contemplaba pasto verde, cámaras de seguridad e iluminación, una capilla y un área “cómoda para que las personas puedan pasar un buen rato con sus seres queridos”.
Cuando se anunció la obra, el director distrital Ramón Antonio Ramírez prometió que el cementerio “será como un parque donde las personas no tengan temor y que estará iluminado con un ambiente amigable, con baños y parqueos”.
Pero las promesas no se quedaron ahí, pues Ramírez también precisó que para abril de ese año se entregaría la primera fase de este campo santo con una habilitación de cuatro mil metros, en los que se encontrarían los primeros 100 ó 200 nichos.
La realidad es que la fecha de entrega fue cambiada en al menos cinco ocasiones. Hasta ahora, la entrada principal así como varios nichos de esta obra, es lo único que se ha construido. En el lugar se observa cómo la maleza ha crecido significativamente y los nichos construidos ya fueron ocupados en su totalidad.