Juanillo. El hedor es inaguantable y nauseabundo. Las aguas residuales inundan las calles de la comunidad de Juanillo, ubicada en el Distrito Municipal Verón-Punta Cana, provincia La Altagracia, y mantienen en zozobra y desesperación a los más de 300 residentes de allí.
Las alcantarillas se desbordaron y los pozos sépticos están a su máxima capacidad. Las heces fecales salen a la superficie de cada baño de esa localidad, mientras esperan que la mano amiga de la Junta Municipal de Verón-Punta Cana, u otra institución o dependencia les facilite un camión que succiona las aguas negras.
Según cuenta Juan Reyna Rondón, antiguo presidente de la Junta de Vecinos de Juanillo, ese problema se les presenta cada cuatro o cinco años, por lo que requieren ayuda para poder solucionar la situación.
Reyna asegura que ya conversaron con el director distrital, Ramón Antonio Ramírez (Manolito), y que este les prometió enviar un camión esta semana para resolver la problemática.
CALLES Y BASURA
En uno de los costados de la comunidad de Juanillo hay un vertedero improvisado. Ahí los residentes llevan sus desperdicios y los amontonan, para luego incendiarlos. Ha sido tanta la basura que se ha acumulado que ya se alcanza a ver una montaña.
Los residentes del lugar dicen que el camión recolector de basura pasa cada cierto tiempo, pero que mientras tanto ellos acumulan los desechos en ese espacio.
Las calles de ese sector es otra historia. Resulta que el caliche se ha consumido y se han formado grandes hoyos, que con las lluvias se llenan de agua y dificultan el tránsito hasta allí.
EL PARQUE DESTRUIDO Y UN PLAY ABANDONADO
El parque, ubicado en el centro de Juanillo, está deteriorado por el paso del tiempo, y por la falta de mantenimiento. La glorieta se quedó sin techo y los bancos se han ido cayendo a pedazos.
Esa área representa el único espacio para recreación de los niños y jóvenes de esa comunidad. Su estado deplorable lo mantiene solitario, pues la maleza le ha crecido y nadie se interesa en estar en ese lugar.
En Juanillo también funciona como play un pedazo de tierra, que utilizan para practicar beisbol. Allí asisten más de 20 niños de esa comunidad y de otros sectores de Verón, el mismo también está abandonado.
